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El año 2002, cuando los talibanes se retiraron de Afganistán, la periodista noruega Åsne Seierstad, se trasladó a la capital del país y se alojó en casa de la familia del librero Sultan Khan, lo que le permitió vivir de cerca la cotidianeidad de una familia afgana. La autora se encontró un país devastado por la guerra y un pueblo dividido entre la tradición y la modernidad. Pero también, una sociedad animada por la esperanza: ya no tenían que temer a la policía religiosa, las mujeres volvían a caminar solas por la ciudad, podían estudiar y las niñas ir a la escuela. Pero a la vez marcada por las decepciones de las décadas pasadas, ¿por qué ahora iban a mejorar las cosas? La autora ha escrito un libro en el que novela la vida de la familia Khan tal como la presenció o se la relataron los protagonistas. Encontramos un conjunto de crónicas sociales, cada una centrada en algún miembro de la familia del librero. Conoces las costumbres del país y el hecho de tener de telón de fondo la librería le da un toque distinto, puesto que es insólita una familia librera luchando contra la ignorancia y la intolerancia religiosa en un país donde tres cuartas partes de la población es analfabeta. En palabras del librero: “primero, los comunistas me quemaron los libros, luego los muyahidin saquearon la librería y, finalmente, los talibanes volvieron a quemar mis libros” El librero era una persona bastante liberal en muchos temas, pero seguía siendo tradicional en lo que a la familia se refería, en especial con las mujeres, las cuales seguían siendo un mero objeto de intercambio en función del dinero que se pretendía conseguir por ellas. “La superioridad de los hombres era algo tan inculcado que no se cuestionaba”. En este sentido, un poeta afgano escribió “las mujeres protestan con el suicidio o el canto”, así, una canción dice textualmente "una mujer reza a Alá para que en su próxima vida le deje ser una piedra antes que una mujer” Así, si os interesa el tema, pasen, lean y opinen. A mí, como siempre en este tipo de lecturas, me ha dejado revuelta por dentro con una sensación que tardará en desaparecer. |
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