La prisionera del mar

La novela «La prisionera del mar» de la escritora Elisa Sebbel, transcurre después de la derrota del ejército de Napoleón en la batalla de Bailén, durante la Guerra de la Independencia.
Hablamos del año 1808, es entonces cuando España envía a unos 18000 prisioneros a la isla mallorquina de Cabrera. Ahí permanecen —algunas pocas mujeres y el resto de soldados y algunos oficiales—, como si de un campo de concentración se tratara. Hèloïse, una cantinera francesa que ha quedado viuda a edad muy temprana, nos cuenta en primera persona su horrible traslado en un buque español hasta la isla y su desesperada situación durante el tiempo que pasan en ese cautiverio. Hambruna, intentos de fuga, asomos de canibalismo.
La autora nos sumerge en esta trágica historia desde la visión de una mujer joven, con apenas 18 años, que ejerce de cantinera para el ejército francés. Con ello, Elisa Sebbel, quiere rendir un homenaje a las mujeres que tan duramente subsistieron no solo a las condiciones inhumanas a las que fueron sometidas por sus captores, sino también a la estremecedora condición de la mujer en aquellos años, cuidando enfermos y actuando en un terreno vedado para ellas: la guerra.
Nos presenta a mujeres vendidas por un puñado de monedas, violaciones, así como la búsqueda de refugio y protección en brazos de oficiales en una clara renuncia al amor verdadero.
Una historia llena de tragedia, pero también de valentía.
Al final de la novela podemos encontrar unos breves apuntes históricos y muchas referencias bibliográficas sobre este momento real, basados todos ellos en relatos de los propios prisioneros, aunque la escritora deja claro que la historia son unas memorias noveladas de la cantinera, siendo los personajes y su vivencia totalmente inventados, a pesar de estar basados en este hecho real e histórico.
Elisa Sebbel tiene una narrativa clara que deja realizar una lectura fluida, con un lenguaje cuidado y una prosa inteligente.
Al estar escrito en primera persona, la autora hace que nos acerquemos mucho más al personaje de Hèloïse Delage. de esta forma logramos caminar, a la par, con ella en todas sus aventuras y desventuras acontecidas en ese islote situado al sur de la isla de Mallorca, sufriendo con ella y amando con ella en cada página.
Sin embargo, he de decir que, en mi opinión, le falta algo de fuerza, la historia se aprecia tan intensa y tan dura que se queda corta en su reflejo. El lector siente el dolor, pero no el desgarro interior que sí debió de sentir cualquier persona que estuviera sometida a tales desmanes. Igual me sucede con la historia de amor, la lectura me atrapa, pero no me descarna el corazón, como creo que sí debería de haberlo hecho.
No obstante, recomiendo la novela a todo amante de la historia, del romance, de las letras escritas para aprender, tanto del marco histórico, como del comportamiento social y humano al que en el pasado nos enfrentamos y que en el presente aún, por desgracia, se aprecian sus vestigios.
Por último, dar las gracias a Babelio y a Roca Editorial quien, a través, de Masa Crítica, me hicieron llegar este ejemplar.