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En este libro me he encontrado con una historia que tiene atmósfera propia. Podría llegar a compararla con una historia de otro tiempo, otro siglo, por la belleza de la narración y de los recursos literarios. Todo parte desde un internado en plena naturaleza, un internado femenino que se ve agitado por la llegada de un hombre, el único hombre del internado: su nuevo profesor de música. A partir de aquí empieza todo y se narra desde los pensamientos en tercera persona de Fréderic, Miss Bell, Angélica y algo de Sabine. Temas como el duelo, la muerte, la belleza de la música y el baile, la enfermedad y el dolor, el misterio, la adolescencia, el amor o cómo afloran los sentimientos por primera vez hacía alguien, hacen una conjunción para contarnos lo que ocurre durante un curso. Me ha gustado como el paso de las estaciones se iba plasmando en el lago del colegio con la llegada de la nieve, el hielo, el deshielo y las lluvias... también como los animales eran partícipes de este relato, incluso siendo un recurso para comparar con las alumnas del internado por su temprana edad. La naturaleza y su parte más salvaje está muy presente en el relato y siempre con un mensaje que he creído captar en segundo plano: estamos a su merced. Por cierto, ¿es posible que en algún momento haya sentido cierto paralelismo con Cisne Negro? ¿Alguien más? Porque yo sí. Me ha gustado muchísimo Animal de Nieve y descubrir a Dara como escritora con una narración lírica, poética y bucólica que está envuelta en su propia atmósfera. |
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