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Este es uno de los libros más raros que he leído en los últimos años, tanto así, que aun no tengo claro si me ha gustado o no. La protagonista trabaja para una biblioteca en la que en lugar de libros tienen a los muertos (o al menos, sus recuerdos) y todo ello no deja de dar un poco de grima, ya que se habla de "cadáveres andantes", capaces de despertar y matar. Este contexto hace que la novela esté impregnada de un cierto aire de melancolía con reflexiones (a veces angustiosas) sobre la muerte. Por una parte estamos ante una novela de fantasía juvenil, pero por otra, nos encontramos con una especie de thriller o novela negra en la que vamos a descubrir quién o quiénes han sido los asesinos de una serie de inquilinos de un antiguo hotel. Me ha gustado la mucho la pluma de la autora (a quien leo por primera vez con esta novela), porque se ve que derrocha imaginación y que sabe cómo crear ambientes, pero tengo que decir que el libro me ha parecido algo lento y pesado en algunas partes. No sé si leeré la continuación, aunque hay cabos que quedan sueltos y me gustaría saber el final de la historia (cuyo giro final no me esperaba). En conclusión, es una novela que no recomiendo si se está un poco bajo de ánimos. Tiene algún puntillo gracioso debido a uno de los personajes, pero no es precisamente una novela que desprenda alegría, sino todo lo contrario. Le daré otra oportunidad a la autora con otra de sus famosas sagas. |
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