Muerte en tres texturas

Vamos con lo que sí me ha gustado. El mundo culinario está muy bien retratado: técnicas, productos, cortes, jerarquías… La idea de los crímenes me ha parecido original. Para mí es el punto fuerte de la novela. La acción se precipita en las últimas páginas y, al menos a mí, han logrado sorprenderme con el asesino, porque mis sospechas iban hacia otra parte.
Ahora las dos cosas que menos me han gustado. La primera son los personajes. No he sido capaz de simpatizar ni de empatizar con ellos. No era capaz de entender muchas de las decisiones que tomaba Philippe, lo que me hacía imposible conectar con él o con su historia. Athenea directamente me cayó fatal. El resto de personajes, salvando a los japoneses, apenas me dijo nada. La segunda, enlazada con la primera, es que creo que nos perdemos mucho en el pasado y los pensamientos de los personajes y eso distrae de la investigación. He acabado el libro con la sensación de que, salvo en las últimas cien páginas, donde la historia coge ritmo, tiene más peso la vida privada de cada uno que los crímenes. Y eso, si vas buscando un thriller, resulta un problema. También hay un montón de descripciones de platos, texturas, sabores, emplatados… Si no os gusta mucho la cocina, puede que se os haga pesado. No ha sido mi caso.