Muerte en tres texturas

“Convertir un tomate en gas no me parece un gran aporte a la ciencia que digamos. Ahora, si ese tomate gaseoso tuviese las propiedades para curar la ELA, por ejemplo, sería un avance estratosférico” ~ Muerte en tres texturas de Cristian Schleu.

Antes de nada informaros que, desde mi punto de vista, este libro mejora desde la mitad hacia el final. Comencé a leerlo con una compañera de lectura que lo plantó porque de verdad que en el comienzo hay demasiada cocina para nuestro gusto y se nos estaba haciendo tan lento que parecía que no arrancaba. Como soy más terca, seguí leyendo y luego ya sí, hasta que al final era un no parar. Aún así, ella, que plantó antes de la mitad, ya había averiguado la identidad del culpable.

En Muerte en tres texturas nos encontramos con un cruel asesino que presenta a sus víctimas destripadas y con un plato a la altura el estómago en donde emplata el bolo alimenticio. Vamos, muy del gusto de cualquiera. ¡Hay que intentar visualizar poco porque te revuelve hasta las pestañas! A una situación que, por cierto, colabora la reacción de uno de los cocineros a los que la policía pide ayuda porque claro, va de eso: la implicación de dos cocineros profesionales en la resolución de estos casos.

En fin, una novela policiaca en toda regla, que va de menos a más y en la que todo queda justificado al final. Correcta; eso sí, el comienzo un poco lento y con demasiada cocina para mi gusto.