Adentrarme entre las páginas de esta novela, publicada en 1967, ha sido toda una experiencia. Esta es una novela ambientada en el Oeste americano y no me extraña que sea considerada una obra maestra de la literatura americana. La trama transcurre en las amplias llanuras de Montana en el año 1924. Phil y George son dos hermanos que proceden de una familia adinerada y son propietarios del rancho familiar. Ambos no pueden ser más diferentes. Phil es delgado y atractivo, es habilidoso en cualquier tarea que emprenda y con una inteligencia superior. También es hosco, cruel y violento. Disfruta haciendo comentarios crueles y sacando de quicio a los que le rodean. George es bajito y rechoncho, es más apocado y tranquilo. Carece de la malicia de su hermano y es mucho más amable. Cuando George decide casarse con una viuda y la lleva a vivir a la granja todo se complica. Phil comenzará una campaña para destruirla. Pero la entrada en escena de Peter, el hijo de la viuda, lo cambiará todo. Una historia sublime y con capacidad de conmover y despertar múltiples sensaciones en el lector, así como empatizar con los personajes. Es fácil ponerse en la piel de cada uno de ellos y simpatizar con George o la viuda, así como despreciar cada comentario de Phil. La descripción de los paisajes es uno de sus puntos fuertes. El autor nos transporta y nos hace vivir la belleza de esa naturaleza salvaje y a la vida dura en el Oeste americano de la época. Una novela que es una dicotomía entre el bien y el mal, entre la crueldad y el amor, entre la homofobia que se esconde tras una homosexualidad reprimida y las máscaras que somos capaces de construir para esconder nuestros más profundos secretos. Una novela con un final totalmente impredecible, escrita con genialidad y que consigue ahondar en los entresijos de la psique, mostrándonos las fortalezas y debilidades del alma humana. |