Terral

En Terral, discurren varios relatos de personajes diferentes que poco a poco la trama hará que converjan para encontrar los lazos de unión. Todos y cada uno de ellos están narrados en tercera persona, lo que permitirá al lector entender aspectos que quizás el protagonista aún no sea capaz de ver. Otra característica de los capítulos es que duran lo mismo que el terral, ese momento del año típico del sur que se caracteriza por las altas temperaturas y una brisa que sopla de la tierra hacia el mar y que le da nombre a la novela.
Terral comienza con un prólogo en el que nos introduce la historia de varios personajes de los que solo conocemos la inicial de su nombre (P, K y H) y cómo se enfrentan al que parece será su destino inmediato. Esto ocurre el 25 de julio de 2018 en Róterdam, unos días antes de llevarnos a Málaga con el resto de los protagonistas. Hay un total de siete capítulos que recorren la primera semana de agosto: un capítulo por día. Comienzan el día 1 y terminan el 7 del mismo año que el prólogo. Dentro de ellos, el
autor los divide por horas, de manera que el capítulo avanza según lo hace el día, dejando una línea temporal continua y estable. Además, se van intercalando las historias de los personajes, mezclando también
escenarios. de tal manera que hay que leer la novela completa para terminar de entender la situación de cada uno de ellos y para llegar a unir todas las historias.
Lucía Gutiérrez, teniente de la Guardia Civil y una de las principales protagonistas, deja claro desde el comienzo su problema con el alcoholismo. Una adición que, además de afectarle a ella, implica a su hija. A pesar de que sabe que lo mejor para ella sería asistir a las reuniones de Alcohólicos Anónimos, es una decisión que no es fácil llevar a cabo. A lo largo de la novela, vemos cómo Lucía va cambiando la visión de su adicción: de negarla y rechazar la ayuda, a darse cuenta de que tiene que poner solución por ella y los que le rodean. Juan, compañero en la terapia de Alcohólicos Anónimos, será el gran apoyo de Lucía y la animará a seguir asistiendo a las reuniones y luchar contra su problema común. Por otra parte, su hija Claudia y el problema en el que esta se ve inmersa serán otros motivos por los que Lucía se dará cuenta de la importancia de abandonar definitivamente el alcohol. Con Málaga como escenario principal, esta historia denuncia el tráfico de drogas, de personas y el racismo que subyace en la inmigración.