Cómo contar historias

Desde que tengo uso de razón, mis padres me han contado historias. A veces eran
cuentos que me leían, canciones con las que buscaban ayudarme a dormir y, en otras ocasiones, echaban mano de su imaginación o de sus propios recuerdos para narrarme una historia. Esas historias fueron algunos de los momentos más felices de mi infancia, mucho más que todos los días de Navidad juntos (regalos incluidos) o de mañanas de Reyes y roscones. Por todo ello, sentí un gran interés en leer Cómo contar historias de los maestros estadounidenses Silke Rose West y Joseph Sarosy, que no sólo nos enseñan a los adultos a convertirnos en narradores improvisados, sino a cómo utilizar la tradición oral para crear fuertes vínculos con nuestros hijos.

Cómo contar historias nos brinda muchos cuentos de ejemplo, pero son sólo eso ejemplos, pues el objetivo principal de este libro es que seamos capaces de crear historias de la nada con las que enseñar y transmitir valores a nuestros hijos. Se trata de trabajar el apego, puesto que no basta con querer, sino que es necesario crear momentos de calidad y para eso no hay nada mejor que una buena historia. Sin embargo, sus autores no buscan convertirnos en la nueva J. K. Rowling, sino que confiemos en nuestra capacidad innata, como seres sociales que somos, de improvisar un cuento que será único y especial para nuestro hijo.

El cuento no tiene por fin primordial entretener, aunque sea un factor a tener en cuenta. Lo esencial es enseñar principios como la empatía, la buena educación, la amistad, el perdón o el esfuerzo, entre muchos otros. Basándose tanto en estudios científicos recientes, como en su propia experiencia como educadores, sus autores nos dan las técnicas para poner en práctica aquello que ya llevamos dentro y, además, nos abre los ojos a otro modo de demostrar nuestro amor a la par que educamos a nuestros retoños.

Recuerdo que uno de los ejemplos reales que exponen en el libro, es el de un niño que se sentó sin querer donde había un cactus muy peliagudo (no como los que te venden en una tienda). Una de las espinas del cactus estaba clavada muy profundamente en su pierna, le dolía un montón y le iba a doler muchísimo más cuando se la sacaran. Los profesores pidieron a dos compañeros del niño que lo distrajeran contándole lo que quisieran, como las cosas que habían hecho ese día o momentos divertidos juntos. Lograron abstraer tanto al niño del dolor físico que sentía que, aprovechando que ya no les prestaba atención a sus profesores, le arrancaron la espina y, superado el dolor inicial, el niño se recompuso muy bien y ni lloró.

Cómo contar historias de Silke Rose West y Joseph Sarosy es un libro muy ameno e instructivo, muy humano y cercano que nos brinda una oportunidad de oro para trabajar el apego con los niños de nuestras vidas. Una lectura que recomiendo a todo adulto que quiera hacer del mundo un lugar mejor para la infancia. ¡Mil gracias a Ediciones Urano por el ejemplar!
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