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Este es el tercer libro de la saga de Geralt de Rivia, los dos anteriores eran de relatos que nos introducían a conocer a los personajes y al mundo donde se desarrolla esta historia, en este caso se abandona el formato relatos para ser una historia lineal a modo de novela, tiene 253 páginas y se divide en 7 capítulos largos. La verdad es que el avance es lento, siento que aunque este libro sea el inicio del “plato principal” de la saga, es a su modo bastante introductorio, aún así se disfruta mucho la lectura y la trama es interesante y clara, va marcando una base sólida para historia. Conocemos “Kaer Morhen” el lugar donde Geralt creció y aprendió su oficio de Brujo, allí es donde lleva a Ciri a entrenar, luego de aceptar su destino y tomar su protección, también volvemos al templo de Melitele, ya que gran parte de la historia se desarrolla ahí. Jaskier y Yennefer siguen siendo muy importantes y he amado volver a encontrarme con ellos. En este libro el protagonismo se centra más en Ciri que en el propio Geralt, y es bueno que así sea, ya que la conocemos en más detalle y vemos cómo irá descubriendo su poder y aprendiendo a controlarlo, también se revela que está fuertemente ligada a una profecía, reyes y hechiceros tienen sus propios intereses en ella y todos la buscan para utilizarla con fines egoístas, por otro lado se centra en el contexto que envuelve a nuestros protagonistas: el conflicto bélico con Nilfgaard. Hay una buena evolución de los personajes en esta entrega y menos apariciones de monstruos, todo está centrado en las luchas por el poder y en una guerra que se empieza a gestar. Sin duda la saga promete, espero encontrar en los próximos libros mucha acción, tensión, momentos decisivos, magia, guerra, y mucho poder. |
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