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Una novela con tintes policíacos y de thriller. Misteriosos sucesos por resolver, todo ambientado en el frío y la lluvia del norte. Una trama llena de conspiraciones y cabos sueltos. Una maraña que hay que desenredar para llegar a la verdad. Aitor es un personaje que me ha gustado, está al límite en todo. Él llevará el peso de la historia. Es la segunda novela que leo del autor y creo que he descubierto por qué no termina de convencerme del todo. Lo que a algunos les encanta, a mí no tanto: las descripciones. Me gustan cuando son relevantes para el caso, los detalles minuciosos, las pistas, etc. Pero que a cada rato se describa el paisaje, la casa que acaba de ver, el peñasco donde se ve el mar, la carretera que acaba de cruzar... lo siento, pero me saca de la historia, me desconecta de ella. Soy más de acción que de descripción. La historia en sí tiene su encanto, pero tampoco es una idea novedosa ni me ha mantenido enganchada al máximo. La estructura y el libro en su conjunto están bien escritos, con giros en algunos momentos, claro, por eso entiendo que puede ser del agrado de ciertos lectores. Una historia que me ha gustado descubrir, pero no tan explosiva como esperaba. |
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