Retrato de una piel desnuda

No creo que pueda hacerle justicia a este libro por medio de una reseña ya que todo lo que pueda decir se queda corto.
Tenía esta novela en mi estantería desde que se publicó pero, por unas cosas u otras, no la he leído hasta ahora y creo que ha sido el momento adecuado.
Había leído las otras dos novelas que la autora tiene publicadas, con registros muy distintos entre sí, y conociendo su manera de escribir y el argumento de este libro, no tenía ninguna duda de que iba a gustarme.
Marta escribe muy bonito. Tiene una sensibilidad contagiosa que nos transmite a través de sus libros. Te llega hasta lo más profundo y te revuelve el alma. En este ocasión nos cuenta una historia dura casi desde el inicio, nos ofrece un viaje por todas las emociones que se pueden experimentar y nos deja con un final que rebosa esperanza.
Trae dos historias que confluyen en distinta época. Por una lado tenemos a Claire y Ori, que se conocen casualmente y que en su anhelo por conocer más sobre la vida de un pintor al que ambos admiran, nos dan a conocer la historia de Asher y Alma a través de una investigación que les lleva a dar con cartas, entrevistas y testimonios. Para mí son dos historias que se complementan bien, que podrían ser hilo argumental de una novela propia pero que juntas enriquecen el libro y nos dejan una lección sobre tolerancia y sobre el amor, la amistad y la familia.

En definitiva, un libro muy necesario con un gran mensaje sobre lo mucho que creemos haber avanzado pero el largo camino que nos queda por recorrer todavía, con momentos duros pero que nos deben hacer pensar en el mundo que queremos vivir.

A mi me ha hecho soltar lágrimas de esas tan necesarias, de las que te acongojan pero te liberan y te purgan para poder continuar en momentos en los que necesitas más aire del que tus pulmones son capaces de recoger.

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