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Cuando escuché a Marta hablar de la novela en Benicàssim, supe que debía leerla. Así que cuando vi que desde @malvarrachadas organizaban una LC, no me lo pensé dos veces (Patri y Javier tampoco) y me lancé a por ella. Nos encontramos con dos historias entrelazadas. En el presente Claire y Ori nos van descubriendo al artista a través de sus cartas, sus memorias y los hallazgos que van haciendo, y todo lo que esto significa para ellos. Son dos personajes geniales y el tándem que forman es maravilloso, pero su relación me parece más de amistad que de amor. Por otro lado, Asher nos irá contando en primera persona su vida como chico trans a finales del siglo XX y lo que supuso para él conocer a la Chica de las Burbujas. Su historia de amor es brutal, increíble, y la he disfrutado un montón. No obstante, lo que hace tan especial esta novela es él, su profundidad, sensibilidad y crecimiento personal; es un personaje que deja huella. Por si todo esto fuera poco, la ambientación es magnífica y te envuelve —la Albufera no puede ser un escenario más extraordinario—, los secundarios son fantásticos, en especial la familia de Asher, y la pluma de la autora es una jodida delicia; la delicadeza y el cuidado con el que trata todos los temas (también vemos la realidad de una familia judía ortodoxa y citas de personas trans conocidas) evidencian su gran labor de documentación. Una historia preciosa que habla de identidad, amor propio y lucha y que tiene un mensaje tan esperanzador como necesario. Una lectura, a mi parecer, obligatoria. |
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