Sombras de identidad

Aviso: esta reseña contiene spoilers de los anteriores libros de Nacidos de la Bruma, la gran saga de Brandon Sanderson que se encuentra reseñada ya por nosotras.

La sociedad ha evolucionado en una fusión de magia y tecnología en la que la economía se expande, la democracia se enfrenta a la corrupción y la religión se convierte en una potencia cultural cada vez más influyente, con cuatro fes enfrentadas.
Esta sociedad se enfrenta a su primera amenaza de terrorismo, crímenes cuyo objetivo es fomentar el descontento de la clase trabajadora y avivar las llamas de los conflictos religiosos. Wax y Wayne, con la asistencia de Marasi, deberán dar al traste con la conspiración antes de que las revueltas civiles frenen por completo el progreso de Scadrial.

En este libro descubrimos un poco más como funciona la sociedad y conocemos por fin la parte terrisana de la ciudad, más olvidada en el anterior libro. Las diferencias de cultura y la incursión de los kandra dan un pequeño giro a este libro que lo hace mucho más interesante que el anterior, a la par que misterioso.

Continuamos conociendo a Wayne, Wax y Marasi, cobrando estos últimos mucho más protagonismo que en el primer libro, algo que me ha encantado. El dinamismo y la personalidad de Wax ayudan a quitarle el peso dramático de la narración de Wayne y agiliza mucho la lectura. Por su parte, Marasi puede ser algo cargante, aunque es muy interesante ver un punto de vista femenino en una sociedad tan patriarcal.

La trama de este libro me ha parecido mucho más interesante y dinámica que el anterior. Sin llegar a estar a la altura de la trilogía original, es una digna sucesora, con unos personajes cuya evolución me resulta fascinante y con una sociedad compleja e interesante. La acción sigue siendo algo complicada de seguir de vez en cuando, pero poco a poco te acostumbras y las escenas son increíbles. Después del asombroso final de este libro, veremos qué nos depara el final de la saga.

Irbis.