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AVISO: Esta reseña contiene spoilers sobre la saga de Mistborn (Nacidos de la bruma). En esta apasionante saga de fantasía descubriremos poderes nunca antes vistos, trataremos de averiguar los secretos de un mundo en decadencia y salvarlo del Lord Legislador de la mano de Vin. Pero nadie dijo que derrotar a un dios fuese fácil… Después de que Wax descubra un nuevo tipo de explosivo capaz de desatar una destrucción sin precedentes y comprenda que el Grupo ya debe de tenerlo, un kandra inmortal al servicio de Armonía le revela que Bilming ha caído bajo la influencia de otro dios: Trell, venerado por el Grupo. Pero Trell no es el único factor que interviene procedente del amplio Cosmere, puesto que a Marasi la reclutan unas personas de fuera del planeta dotadas de extrañas capacidades, que afirman que su objetivo es proteger Scadrial... a toda costa. Este libro es un poco distinto a los otros escritos por Sanderson, pues la mayoría suelen comenzar a paso lento y avanzar poco a poco hasta un final explosivo, pero en este todo se vive como una carrera contrarreloj. La narración y la acción durante todo el libro es frenética, con continuos cambios de situación y personajes que ayudan a que quieras continuar el libro. de vez en cuando hay momentos de pausa, que ayudan a profundizar en lo que están sintiendo los personajes y en los nuevos misterios que se presentan en esta última obra. Marasi, Wayne, Max y Steris se lucen como un grupo de protagonistas diversos, cada uno capaz de algo distinto y de complementarse entre ellos. Muy pocas veces he visto a un grupo de “héroes” tan equilibrado y con tanto carisma, lo que, junto a un elenco de secundarios también impresionante, hacen que este libro sea inolvidable y que con cada página reces porque no les pase nada malo. Un final impresionante y a la altura de todos los libros anteriores. Esta segunda Era de Mistborn ha terminado con un libro espectacular y todavía muchos misterios que resolver en el Cosmere. Irbis. |
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