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Hace años los herederos del trono de Hallandren fueron expulsados y enviados a Idris, y en su lugar el rey-dios ocupó su puesto. Susebron es un dios retornado, que regresó de la muerte. Otros muchos dioses son venerados en Hallandren, también todos ellos retornados y perfeccionados después de su primera vida. El gran poder de estos retornados ha conseguido que todos los reinos cercanos hayan sucumbido al mandato de la inmensa y colorida Hallandren. Por eso, el monarca de Idris, años atrás, tuvo que aceptar un acuerdo mediante el cual daría a su primera hija, para convertirla así en la esposa del rey-dios, uniendo la sangre real con el actual rey. Vivenna ha sido educada toda su vida para este momento. Es recatada, obediente y controla perfectamente sus emociones. Sin embargo, su hermana pequeña Siri es un alma libre, una joven desobediente que sueña con conocer todos los colores que tiene el mundo. La vida de ambas se transformará cuando su padre decida intercambiar sus destinos. En “El aliento de los dioses” nos encontraremos con dos ideologías muy diferentes que chocan: el culto a los dioses retornados en la tierra contra el respeto al antiguo dios Austre. Idris representa todo lo comedido, lo recatado, la ausencia de color. La ciudad donde Vivenna y Siri han nacido y crecido es gris, apenas tiene colores, y cualquier intención de mostrar colores vivos en tus ropas, tu casa o entre tus posesiones, se considera una ostentación, una falta hacia el mismísimo Austre. Por el contrario, Hallandren representa la libertad, el “libertinaje”, el exceso de colores. Cuantos más colores y más brillantes estos sean, más poderosa y atractiva parece ser una persona. Nuevamente con Sanderson, el sistema de magia es espectacularmente original, a través del aliento humano, y en función del número de alientos que posea una persona, puede hacer uso de este curioso sistema dando vida a cosas inanimadas. Esta cantidad de aliento se ve reflejada en los colores y la intensidad de ellos, que juegan un papel importante hasta en el lenguaje. Los detractores de Sanderson pueden decir de él lo que quieran, pero a estas alturas lo que nunca se podrá negar es que es un autor con un don para crear sistemas de magias ricos, originales y que van más allá de lo típico y manido de la bruja o el mago con varita o conjuro. ¿Cómo es la creación de mundos? Pues es otro de sus grandes dones. Por ahora, todos los libros de Sanderson que he leído se toman la molestia y la tranquilidad de crearnos un mundo desde la base, desarrollándolo poquito a poco. Esto puede resultar lento para lectores que disfruten de las historias ágiles, más que de mundos bien creados, pero para los que flipamos con mundos complejos creados al dedillo, Sanderson nos conquista. La cantidad de detalles que muestran sus historias es una de las cosas que más disfruto. Estas se hilan sin prisa y poquito a poco van cogiendo ritmo. Y eso me flipa. He disfrutado especialmente la lectura de “El aliento de los dioses” y desde las primeras páginas me llevé una grata sorpresa al descubrir que la historia iba a girar en torno a dos mujeres, dos hermanas. Pese a que hay muchos personajes y cada uno con sus idas y venidas, la historia está bien diferenciada en dos tramas, la que gira alrededor de Vivenna, y la que lo hace en torno a Siri. En los anteriores libros había señalado como fallo a mejorar por el autor la falta de personajes femeninos, y que estos fueran característicos y diferentes entre ellos. Pues bueno, en “El aliento de los dioses” no solo nos encontramos a dos grandes protagonistas femeninas, si no que hay varias protagonistas femeninas más y bastante diferentes entre ellas. La cantidad de personajes masculinos y femeninos ya no es tan desigual. Empezó gustándome mucho más Siri, esa joven rebelde que busca vivir fuera de las estrictas y puritanas normas de su reino, pero finalmente es Vivenna la que para mí se lleva la mejor parte de la historia, y su evolución es la más interesante de todo el libro. Uno de mis personajes favoritos de Sanderson hasta la fecha. Me flipa la habilidad de Sanderson para dar esos giros que nunca veo venir y que, para mí, dan el toque final a sus historias para que no solo sean ricas en planteamientos y magia, si no adictivas a la hora de leerlas. No quiero decir mucho más de “El aliento de los dioses”, porque para mí ha sido una sorpresa muy grata, y ojalá lo sea para todo el que se anime a leerlo. Es curioso que sea uno de los libros que menos se recomiendan de Sanderson, cuando es espectacular. Me ha parecido mejor que “Elantris” y que está al nivel de “Nacidos de las brumas”. Que ganas tengo de que Sanderson publique esa segunda parte que nos ha prometido. |
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