Tres enanos y pico

Una vez más me adentro en el mundo de la novela de fantasía cómica. En esta ocasión, debo agradecer a mi prima Yoli que me regalara este libro que tantas risas me ha proporcionado durante su lectura.

Debo reconocer que no sabía qué esperar de una novela en la que elfos, humanos, enanos y trollcos (mitad trolls mitad orcos) tenían cabida, siendo una historia más de risa que de fantasía épica.

Ya desde el prólogo se ve una crítica a la sociedad actual: la codicia de un soberano y la creación de los vicios como la droga y el alcohol, que todo lo corrompen, llevado de manera irónica y divertida. A esto se le suma el racismo extremo y reconocido por el rey de los elfos de hielo, que es quien genera una guerra en la que enfrenta a sus enemigos, quedando su pueblo a salvo y al margen.

También podemos observar una crítica en cuanto a los dos extremos que pueden tener los líderes de un pueblo: El egocentrismo de unos frente al pasotismo de otros. Ser líder es complicado y es una tarea que puede corromper a quien la desempeña. ¿Pero realmente es necesario ser cruel y autoritario para ser un buen líder?

La elección de los nombres de los personajes me parece una auténtica genialidad, así como el hecho de que en las ciudades humanas el apellido que se hereda es el de la madre, puesto que "es el único progenitor del que no hay duda".

A pesar de ser una novela muy divertida y entretenida, la trama se me ha hecho algo repetitiva y lenta en algunas ocasiones. Las costumbres de los enanos o el tiempo que dedica a las batallas o travesías de algunos personajes se podrían haber resuelto de una manera más ágil.

En cuanto al protagonista de esta historia, Wifo, vamos a ver cómo sufre una clara evolución a lo largo de toda la obra. Es ese protagonista que no entiendes del todo, pues causa más risa o vergüenza ajena que empatía.
Enclenque y cobarde, emprende un viaje a Villatrifulcas, una ciudad de enanos, para hacer una tesis acerca de sus costumbres.
Si bien es cierto que hace falta valor para enfrentarse al día a día de criaturas que resultan ser extremadamente brutas, todo empeora cuando estalla la guerra.
Wifo se va a ver obligado a superar situaciones que le harán madurar y comprender que no es la inteligencia adquirida por los estudios la única que vale.

En cuanto a Ramona, la madre de Wifo, encarna todos los clichés y estereotipos que se hayan creado alguna vez hacia las madres. Resulta ser uno de los personajes más divertidos de toda la obra y un gran descubrimiento.

El otro personaje que quiero destacar es el de Holgón, un gobernador de una de las ciudades humanas, y sin duda el personaje que más he llegado a detestar junto con Velarión (rey de los elfos de hielo), debido a su forma de lograr sus objetivos y de su deseo de ser rey para que le sirvan aún más de lo que ya lo hacen. Esa crueldad gratuita le convierten en el más odiado, ya que Velarión cree en la superioridad de su raza y trata de favorecer a su pueblo (esto no justifica sus actos, pero al menos defiende una idea), pero Holgón solo se preocupa de sí mismo y su bienestar.

Son tantos los personajes que enriquecen esta novela, dándole toques de humor y convirtiendo la lectura en algo ameno y que merece la pena, que necesitaría mencionarlos a todos. Sin embargo, os animo a que les deis una oportunidad, leyendo esta divertida historia.

Si tuviera que clasificar esta obra en un género, sería sin duda la comedia. La fantasía es un medio para contar la historia de forma más exagerada y sin señalar a nadie en concreto, pero la crítica social es totalmente clara.