Los que merecen morir

En Madrid un asesino en serie está matando gente. Junto al cadáver deja su firma: una nota con estas palabras “me llamo Nadie”. Nadisabe quién es Nadie y el gobierno y la policía han podido ocultar a la opinión pública su existencia: sólo se conocen las víctimas aisladas pero no saben que hay algo que las conecta. Y ese algo es el hecho de que todas ellas habían cometido algún delito del que, ya sea por su nombre, ya por su dinero, ya por diversas artimañas legales, habían salido indemnes. Nadie es un justiciero.

El gobierno decide crear un cuerpo especial a cuyo frente ponen a un policía llamado Severo Justo que a la sazón se encontraba en Bruxelas. Severo es libre de elegir a su equipo y lo cierto es que los elegidos forman un grupo heterogéneo. Entre ellos destaca la psicóloga forense Dalia Fierro, muy amiga de Severo hace años. O un comisario de la vieja escuela. O Dolores…

Si por algo destaca esta novela es por sus personajes, absolutamente formidables. Severo Justo me ha encantado. Es un sacerdote reconvertido en policía que hace veinte años perdió a su mujer y a su hija y desde entonces no vive realmente. Dalia Fierro es muchas Dalias a la vez: esconde algo y saber qué es será otra de las intrigas de la novela. Como os podéis imaginar, la elección de los nombres de los personajes no es baladí. Severo es serio y formal como su nombre y de una rectitud y justicia envidiables. Dalia es frágil como su nombre y fuerte como su apellido. Y qué me dices del asesino: Nadie. Un Nick que le viene como anillo al dedo y que sirve al autor para hacer juegos de palabras. Pero si de personajes hablamos, entre ellos destaca Dolores, mi preferido. No os voy a contar nada de ella para que lo descubráis por vosotros mismos si decidís leer la novela pero os aseguro que es un personaje de esos que no se olvidan. Por cómo es y por lo que hace, por su vida…, por todo en realidad. Es buenísima, de verdad.

Los personajes están muy bien desarrollados y dan lugar a ciertas tramas paralelas que se entrecruzan con la principal. Por ejemplo, conocer el pasado de Dalia te mantiene en vilo; cuando descubres el de Dolores te quedas con la boca abierta; ni qué decir que saber cómo ocurrió realmente el accidente en el que Severo perdió a su familia es otra de las subtramas que más interés suscita

La trama principal también me ha encantado. Tanto la idea de un asesino justiciero como la dificultad de dar con él y el hecho de que el autor te haga sospechar de unos cuantos candidatos menos del que es, claro. Te pone en bandeja uno y dices "pues sí, tiene que ser él"; y luego resulta que no, a por otro... y así varias veces. El interés y el ritmo son constantes, sin decaer en ningún momento. Obviamente, como cualquier novela negra que se precie, hay alguna sorpresa y giro inesperado, alguno de ellos nos deja con la boca abierta.

"El español, cuando mata, mata de verdad. Con motivos. Motivos de mierda, si quiere, pero motivos"

Me ha gustado mucho la forma en la que escribe Carlos Salem. Por una parte, es una novela con una trama muy bien urdida y unos personajes fantásticos y bien desarrollados. Por otra, es puro entretenimiento: un libro de fácil lectura que se engancha a las manos y te tiene en un sinvivir. Por si fuera poco, tiene un toque de humor irónico y de retranca –muchas veces, las más, de la mano de Dolores- que hace que, a pesar de lo negra que es, en ocasiones casi sonrías. En definitiva, es una novela hecha para disfrutar.

Conclusión final

Me ha encantado esta primera entrega de la serie protagonizada por esta brigada tan especial. Una trama muy buena con unos personajes aún mejores y un asesino que juega con ellos. Sin duda, cogeré la segunda entrega con muchas ganas.


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