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La primer palabra que tengo para describir el último libro de esta trilogía es "magnífico" El cierre de esta trama es algo que yo esperaba con muchas ansias y puedo decir que quedé completamente fascinada con los acontecimientos. Si bien las primeras dos entregas se basaban en cómo Neil encontraba su lugar, este libro te complace mostrándote un Neil teniendo y protegiendo su lugar. Debo decir que la forma en que desarrollan las relaciones y emociones fue algo que amé mucho; las personalidades de Nei y Andrew ya son algo bastante complicadas de entender, pero de alguna forma me fascinaba su desarrollo, la esencia de cada personaje es algo que le aplaudo a la autora. Y sí, la tan esperada relación entre Nei y Andrew no dejó qué desear, su historia y la forma en que ambos se van uniendo al otro me cautivó. No dejando de lado la trama principal que es el deporte, claro. Creo que la autora supo integrar estos dos aspectos para satisfacer ambos lados. Por mi parte me encariñé muchísimo con los personajes, y es que su estructura está bien planeada que es imposible no tomarles cariño. Dejar esta trilogía, llegar al final fue algo que me encantó y detesté. Un vacío me llegó cuando me di cuenta que había llegado al final del camino, pero la conclusión que le dieron a la trama y personajes no dejan que desear, la inspiración y emoción que sentí al final del libro es algo que aún me pone los pelos de punta. Cabe decir que sin duda se convirtió en mi trilogía favorita, y espero que le des una oportunidad a esta grande historia que se lo merece en grande. |
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