En el bosque, bajo los cerezos en flor

Al leer que era de terror mi mente se había formado una idea preconcebida e iba mentalizada a pasarlo mal y a disfrutar de ese terror psicológico que me esperaba, y eso ha sido lo que más me ha decepcionado. En vez de terror, yo lo catalogaría mejor como Gore. Los cuentos son bastante turbios e inquietantes con alguna parte desagradable, pero terroríficos, no.

Los cuentos que forman esta obra son:
- En el bosque bajo los cerezos en flor: Relato que da nombre al libro y el más desagradable, pero que a su vez me ha fascinado de igual manera que repugnado. En este relato es increíble cómo algo tan bonito como los cerezos en flor pueden resultar tan turbios e inquietantes. La atmósfera de este relato es bastante estremecedora.

- La princesa Yonaga y Mimio: En este relato la maldad tiene una personificación muy interesante. Es muy turbio este relato y con alguna que otra parte desagradable pero, a mi parecer, es bastante más llevadero que el anterior. Eso sí, cada página te pone los pelos de punta.

- El gran consejero Murasaki: Este relato es el que más indiferente me ha dejado. No me ha aportado gran cosa su lectura y el ritmo y la atmósfera respecto a los anteriores relatos no tiene nada que ver. Es como si no pegara con los otros dos. Este relato me costó acabarlo, se me hizo muy lento.

Como veis, a lo largo de la lectura he tenido numerosos sentimientos, por un lado ha habido momentos en los que me ha atrapado y me ha resultado muy inquietante, pero también he tenido ocasiones en los que se me ha hecho cuesta arriba su lectura.

Ninguno de los tres relatos ha logrado maravillarme, pero los dos primeros tienen algo que atraerán vuestra atención si le dais una oportunidad.

Para matar el gusanillo de lectura japonesa son perfectos porque es un libro bastante fino, pero no ha sido lo que yo esperaba.