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Siembra nos acerca a un mundo juvenil, donde las hormonas están a flor de piel, y los más jóvenes deben encontrar su lugar en un pueblo donde la homosexualidad no es bien recibida. Es una novela gráfica a todo color, que la verdad, se me hizo muy cortita y me hubiese gustado que el autor hubiese desarrollado más la historia. Cuando llegué al final tuve la sensación de que le faltaba algo más para concluir el libro, como que me hubiese gustado saber más sobre sus protagonistas y de la trama. No se si es que en un futuro piensan crear más tomos, pero me encantaría que no se quedase así y poder continuarla. |
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