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Una historia familiar conmovedora en la que se nos permite entrar en su pasado; un pasado mantenido en secreto dentro de cada uno de los 10 cajones de una “cómoda antigua” heredada por una nieta de su abuela recientemente fallecida. . La abuela Rita metió, en forma de relatos, sus vivencias y las de las mujeres de su familia entre esos cajones de la cómoda a su vez también heredada; vidas complejas, pero que ayudan a saber quiénes somos y de dónde venimos. El relato está escrito con una profunda sensibilidad que hace nacer en el lector un gran respeto ante tantas mujeres que, como la abuela Rita, fueron abriéndonos el camino no exento de grandes dificultades y dramas para ellas. . A través de la apertura de esos cajones y un objeto relevante para la historia guardado en cada uno de ellos, la abuela Rita va abriendo episodios de su vida, desde su infancia hasta bien entrada la madurez, dejándonos acceder a su “guarda memorias”; una mujer fuerte, inquebrantable que, según se dice, nadie la vio llorar nunca, poco dada a dar muestras de amor hacia los suyos, pero en cambio, el cimiento de una familia. Con ella conoceremos la lucha por unos ideales; el exilio en Francia y su integración en un país con una lengua desconocida; su rebeldía para adoptar una nueva identidad que la permitiera vivir en libertad en un país que no era el suyo; el posterior regreso a España pasado el tiempo y descubrir que ya nada era como lo recuerda, y ese sentimiento de desarraigo en su propio país dividido en dos bandos, vencedores y vencidos; tragedias, pérdidas inaceptables, etc. . Sin embargo, también habrá momentos de esperanza, de gente bondadosa; del aroma a libertad, del comenzar y forjarse un porvenir en una nueva tierra; de ver cómo la vida se abriendo poco a poco; el despertar del amor, la maternidad y volver a redescubrir con ella una nueva realidad que permitirán sanar viejas heridas; perdonar y seguir adelante por los que ya no están y luchar por los que sí; milagros que la vida otorga... . Un homenaje a las generaciones de las mujeres de su familia escrito por la autora, pero contado en primera persona por la abuela Rita; un regalo de una nieta a su abuela: “La abuela y el yayo eran toda nuestra vida. Espero yo también haberles podido dar esa sensación cuando el paso de los años los ha debilitado”. |
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