Batman: La maldición del Caballero Blanco

Entre los numerosos cliches y frases trilladas del mundo del cine se encuentra la de "segundas partes nunca fueron buenas", lo cual está lejos de ser cierto, pero eso no hace que no nos venga a la mente cuando una secuela no cumple con nuestras expectativas.
En el caso de "La maldición del Caballero Blanco", no es que no sea una buena obra, pero palidece (sin intención de hacer chistes malos) en comparación con la obra original.
Esta secuela retoma la trama unos meses después del momento en el que terminaba "El caballero blanco", con una nueva fuerza policial en la que se integran Nightwing y Batgirl, una la iniciativa Napier cogiendo fuerza, y un Batman más transparente en sus acciones.
Obviamente, todo se va al traste cuando Joker se fuga de Arkham (sorpresa, sorpresa), con un plan que sacudirá Gotham hasta los cimientos. Dicho plan incluye la creación de un nuevo e implacable villano: Azrael.
Este es el punto de arranque de una nueva aventura con momentos muy buenos, pero bastante irregular en su desarrollo, dejando constantemente con la idea de que podría dar más de si, dado que cuenta con escenas muy memorables, y con una versión de Azrael mucho más interesante y carismática que la típica a la que estábamos acostumbrados.
Lamentablemente se queda todo en un intento fallido, especialmente porque la trama que nos lleva a los momentos de la fundación de Gotham es excesivamente enrevesada, y realmente aporta poco, además que da pie a una excusa bastante mala para las motivaciones del villano principal.
Afortunadamente, hay cosas que aún siguen a la altura. La principal, el dibujo, igual de bueno que en la anterior parte. Luego, está la versión de Harley Quinn que tenemos en este "universo", que mantiene el nivel. Por último, tenemos la evolución de los personajes, que no se han mantenido estáticos, sino que se mantienen en constante evolución, lo cual se agradece, teniendo en cuenta que en el universo DC tradicional Batman se mantiene bastante "monolítico", a pesar de lo que pasa o deja de pasar.

En definitiva, no estamos ante una obra que sea digna sucesora de "El Caballero Blanco", pero sí que es un cómic muy disfrutable y entretenido a pesar de sus fallos.