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Esta segunda parte me ha durado todavía menos que el anterior y eso que es un poquito más gordo. Pero esta historia tiene algo que engancha y hace imposible que lo puedas soltarla, y ese algo no creo que sea una cosa en concreto. Es la mezcla de todo, de las tramas llenas de salseo y sorpresas y de los personajes que no son perfectos y eso los hace más reales y conectas más con ellos. El libro arranca justo donde se quedaba el epílogo de la primera parte. Han pasado muchos años y cuando se reencuentran ambos creen que ese tiempo y la distancia ha sido suficiente para olvidar lo que pasó. Su plan era comportarse como los adultos en los que se han convertido, y dejar de evitarse tan descaradamente como hasta entonces. Pero enseguida reaparecen esas sensaciones y sentimientos tan intensos que creían haber superado y todo se complica. No es una historia sobre segundas oportunidades porque como ellos mismos admiten mataron la primera antes de que naciera. No quiero decir mucho más porque sino se me escaparía algún spoiler. Me ha encantado leer la historia de Alejandro y Vera, tanto que me he quedado con ganas de más, no me importaría nada leer otras 400 páginas de ellos. Eso no quita que en mi opinión el cierre haya sido perfecto, una maravilla preciosa. Yo ahora mismo solo quiero encontrar a mi Alejandro, ya le escribí a mi mejor amiga para preguntarla porque no podía tener un mellizo tan maravilloso jajaja. Después de esta historia me he quedado con muchas ganas de seguir leyendo a la autora porque todo lo que he leído me ha encantado, podría decir que ha sido uno de mis grandes descubrimientos del año. |
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