El hombre que nunca le haría daño a nadie

¿Existe el crimen perfecto? Quiero pensar que no, que lo que en realidad existen son las investigaciones imperfectas. Esta fue la principal premisa que me hizo decantarme por esta nueva publicación de título tan extenso y original.
El día que a Félix Olivares le comunican que el subdirector de la sucursal bancaria que gestiona las cuentas de su empresa ha fallecido, su anodina existencia dará un significativo vuelco. Y es que Félix, el hombre que nunca le haría daño a nadie, es el responsable del departamento de recursos humanos en una conocida cadena hotelera. Un tipo que en lugar de dedicar su tiempo libre a ir al gimnasio, hacer macramé o participar en un club de lectura, se distrae con un hobbie arriesgado y macabro, consistente en planificar al detalle el crimen perfecto, asesinatos premeditados que nunca llega a ejecutar… o sí.
Pero algo ha salido mal y todo se le va de las manos cuando aparece la primera víctima asesinada en las mismas circunstancias que él pergeñó. En un intento por acallar su conciencia y la culpa que le corroe, y ante la rotunda certidumbre de que irán apareciendo otras víctimas, decide presentarse en las dependencias policiales y auto inculparse de la muerte de un número indeterminado de personas. La policía obviará su declaración y lo mandará a su casa con viento fresco. Pero todas las alarmas saltarán cuando en su confesión surge el nombre de Helena Gomariz, conocida también como Brenda en el mundo de la prostitución. Brenda ha sido hallada muerta en un céntrico piso de la ciudad condal y es el equipo del inspector Domingo Campos quien está al frente de la investigación. Pero algo no cuadra en esta historia sin sentido…
Con esta premisa tan atractiva que sembrará la duda y la sospecha en el lector comienza una novela de original trama que tiene como punto de anclaje temporal el día de la muerte de Brenda. El autor ha logrado ensamblar un thriller que irá saltando en el tiempo, adelante y atrás, aleatoriamente a lo largo de sus capítulos de corta extensión, para hacernos cómplices de un caso harto complicado y que transcurre íntegramente en el ciudad de Barcelona.
Escrita con un estilo muy visual y cinematográfico, en el que sobra todo adorno superfluo, describiendo mucho con las palabras justas para que el lector pueda situarse cómodamente en las diferentes escenas y lugares de la ciudad condal donde transcurren los hechos, una prosa sencilla y sin artificios, y un ritmo notorio que viene propiciado a golpe de capítulos de corta extensión que a su vez le darán fluidez a la lectura. Será un narrador omnisciente el encargado de mostrar los diferentes puntos de vista de sus personajes, dibujados en mayor o menor medida, y quien nos desvelará los detalles de lo ocurrido y de los avances de la investigación que hay abierta. Brillando con luz propia destaca el personaje del presunto asesino, Félix Olivares. Una persona asocial con una vida gris y aburrida, un escéptico antipático e introvertido al que todo el mundo ignora y que vive recluido entre abundantes volúmenes de novela negra clásica y que dará mucho juego en la historia. Otro personaje interesante ha sido el del inspector Domingo Campos, un policía desilusionado con una profesión que no le aporta nada ni le motiva y que tiene momentos de enajenación en los que se ve realizando dispares oficios en una realidad paralela. Momentos que duran solo unos breves minutos y le sirven de evasión.
Lo negativo de esta novela han sido una serie de situaciones que me han parecido muy forzadas y alguna licencia que el autor se toma, aunque no le restan interés al conjunto de la historia. Así mismo, algunos de sus personajes carecen de la profundidad necesaria para que el lector pueda empatizar con ellos, llegando a ser los meros clichés de las novelas de este género.
Sintetizando: "El hombre que nunca le haría daño a nadie" es un thriller de suspense de trama original e interesante bajo el que subyacen temas tan preocupantes hoy en día como el acoso escolar, la pederastia o la prostitución. Una novela debut con ciertos golpes de efecto, ligeras pinceladas descriptivas de los escenarios donde se desarrollan los hechos para que el lector los visualice igual que si estuviera viendo una película de acción en la que sobra todo adorno superfluo, con ciertas dosis de humor para restar dramatismo, y giros argumentales, donde la esencia está centrada en su personaje principal. Una historia que a pesar de mis objeciones, que no son más que una opinión personal, os recomiendo leer porque os va a impresionar.

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