El dios de las pequeñas cosas

En una lectura conjunta, una buena amiga ha escogido esta obra. Me ha parecido no solo una opción atrevida, si no también muy emocionante. Sobra decir que me ha encantado su elección por ser de una autora hindú.

Entonces empecé a leerlo... ¡y qué hermosa escritura! Mi primera intención había sido intentar leerlo al ritmo del club. Pero pronto me di cuenta que este libro lo quería saborear muy despacio, llenándome de su lírica. Aunque la vida me hizo leerlo mucho más lentamente de lo que contaba, tras varios meses (sí, hasta me avergüenza un poco decirlo), seguía recordando sus páginas, seguía recordando la vida tan dura de sus protagonistas. Me venía a la cabeza esa mezcla temporal, que podría parecer caótica, pero que tan bien casaba con todos esos retales de la India: su cultura, su religión, su sociedad, su política, su gastronomía, su lenguaje, su historia...

No ha sido una lectura sencilla, pero sí ha sido enriquecedora. También ha sido dura en su contenido, pues ver las consecuencias de Pequeñas Cosas que pueden cambiar la vida de muchas personas llega a parecer increíblemente injusto y cruel. Como la vida misma.