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Definitivamente me gustó mucho más que Asylum, nuevamente las fotos le dan un toque especial a la historia, aunque en este caso no me llamaron mucho la atención, quizás porque ver fenómenos de feria no sea algo que me guste. La historia sigue siendo atrapante, Madeleine Roux sabe como ir llevando la trama sin agobiar al lector con detalles innecesarios, es un continuo estado de nerviosismo, sin parate, sin relax... es acción tras acción. Tal como me pasó en Asylum pues ya me imaginaba a los involucrados, es quizás el punto bajo porque al haber pocos personajes involucrados, sí o sí, algo pintan y puesto que sino son los buenos... les toca el trabajo sucio. Lectura amena, que si bien no causa miedo, si causa que una quiera saber qué demonios va a pasar al final. PD: no sé si los autores tienen un problema personal conmigo o qué, pero... porqué siempre matan al personaje que me agrada o que se convierte en mi favorito? ¬¬ |
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