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Tras la muerte de su padre, Seraphine no sabe quién es. Sola en Summerbourne, la casa de su infancia, regresa a los rumores que la acosaban cuando era pequeña, diciendo que no es hija de sus padres y es una de las razones por las que su madre se suicidó unas pocas horas después de que ella y Danny, su mellizo, nacieran. Por eso, empieza a investigar sin saber hasta dónde puede llegar la verdad. El libro plantea una premisa interesante, pero me ha resultado bastante confuso, sobre todo la resolución del asunto. Me ha parecido muy enrevesado, y me ha costado diferenciar quién era quién y qué pasaba con cada cual. El misterio está bien, me ha parecido interesante, pero tampoco provoca una trama frenética ni es nada del otro mundo. El secreto de Summerbourne se narra desde dos puntos de vista y mediante dos líneas temporales: la actualidad (Seraphine) y principios de los 90 (Laura). Eso me ha encantado porque se ven todas las intrigas de la primera y, desde la perspectiva de la segunda, vamos viendo todas las actuaciones que llevan a saber la verdad. Los personajes están bastante bien, desarrollados en la justa medida. Sí me hubiera gustado saber algo más de Dominic, al que apenas conocemos, y de la enfermedad de Ruth, clave en la novela. Tengo que decir que el libro engancha cosa mala, y eso, sumado a que la idea de base es interesante y tiene unos personajes bastante guays, hace que se lea en nada. En definitiva, El secreto de Summerbourne es una novela con una premisa interesante, pero hay algo que me ha faltado, no sé si la resolución de todo o el desarrollo que lleva a eso. |
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