Philip Roth puso las vergüenzas al aire de la administración Nixon antes del escándalo de Watargate. Nuestra pandilla es una sátira llevada al extremo y no por ello irracional en su mensaje. Una parodia nacional que bien podría llevarse a la actualidad, no tanto por los temas candentes, como por la moral de quienes tan abnegadamente gobiernan nuestros países. La novela se centra en el aborto, en discursos demenciales y en un circo de corrupción y disparates que asustan menos que los que luego llevaron al retrete al presidente norteamericano. Ácido, mordaz, y terriblemente crítico, Roth nos conduce a través de situaciones surrealistas hacia una realidad más escandalosa que la ficción. Escenas y frases disparatadas, pero con mucha realidad, como un presidente que asegura trabajar 24 horas al día, 365 diás al año para ser reelegido. Boyscauts que se rebelan, pornografía danesa y una gran imaginación al servicio del lector. Novela cortita pero llena de matices, de un autor al que debería acudir más a menudo. Un drama socio político con mucho sentido del humor. |