Aguacero: 157

“Aguacero” es la primera entrega de la serie protagonizada por el Inspector Ernesto Trevejo, publicada por primera vez hace unos años y reeditada ahora por Alrevés. No esperaba que fuese a gustarme tanto como lo ha hecho, y lo mejor de haberla descubierto ahora y no en su momento es que ya hay otras tres novelas de Trevejo publicadas, por lo que no tardaré mucho en reencontrarme con el personaje.

Las Angustias, un pequeño pueblo de la sierra madrileña, se ha visto sacudido por varios crímenes. Temiendo que la imagen del régimen de Franco se vea afectada, el gobierno de la nación enviará al Inspector de policía Ernesto Trevejo para colaborar con la Guardia Civil en la resolución del caso, viéndose envuelto en una maraña de odios y secretos en la España rural de 1955.

Al leerla sorprende enormemente que “Aguacero” se trate de una primera novela ya que, no solo está muy bien escrita, sino que se aprecie en su estilo una gran madurez. A pesar de no tener el ritmo frenético que muchos parecen esperar siempre en una novela negra, la historia y sus personajes atrapan. Unos diálogos ágiles y con chispa contribuyen también a hacer que resulte difícil despegarse de sus páginas.

“Aguacero” podría englobarse dentro del género rural noir. Las Angustias hace verdadero honor a su nombre, resultando un ambiente de lo más opresivo. La
ambientación en espacio y tiempo está realmente conseguida. A través de una cuidada documentación el autor retrata de forma fiel la España de los años 50, esa España franquista de pantanos y embalses, en la que las heridas de la guerra aún permanecían abiertas, la España de los abusos de poder en la que estabas con ellos o contra ellos.

La meteorología es otro de los elementos que contribuye a crear esa atmósfera gris y plomiza, con una lluvia constante que no da tregua. Ese ambiente sofocante se ve reforzado por la pobreza y la miseria del mundo rural, y por la cerrazón (tanto del cielo como de las mentes) de una población con ideas antediluvianas, especialmente en lo relativo al papel de la mujer.

Trevejo es un gran protagonista. Un hombre perspicaz, socarrón, con toques de humor, que estará acompañado en su investigación por un joven guardia civil, Aparecido, que actúa como si de su Dr. Watson se tratara, y con el que forma un tándem fantástico. El elenco de secundarios no se queda atrás, siendo personajes con enjundia y carisma, y teniendo todos ellos su razón de ser en la historia.

La investigación estará plagada de silencios y de trabas, poniendo los intereses del régimen siempre por encima de los intereses particulares. El autor logra mantener bien la tensión a lo largo de toda la historia y, aunque el final es cerrado, me ha gustado que quede en parte abierto a la interpretación del lector.

La trama tiene un trasfondo de crítica social, mostrando la desigualdad de clases y la miseria en la que vivían las clases más desfavorecidas, mostrando una dualidad entre el reconocimiento de que su calidad de vida mejoraría si mejorasen sus condiciones laborales, y la creencia de que no merecen más, ya que con lo poco que tienen les llega para lo esencial, evidenciando la resignación de algunos ante su situación y la entereza a la hora de sobrellevar ciertas situaciones que hoy nos resultarían impensables.

"Aguacero” es un muy buen arranque de serie. Ha sido el primer libro que leo de su autor, pero sin duda no será el último.