El regreso de ABBA

Creo que esta reseña no será tan objetiva como me gustaría debido a que soy fan incondicional de Sidonie desde los comienzos del grupo. Para quien no lo sepa, El regreso de Abba nació con un hermano gemelo: el nuevo disco de Sidonie de nombre homónimo. Son obras que se pueden disfrutar por separado, pero merece la pena leer la novela y escuchar el disco. En mi caso, primero leí la novela y, después, escuché el disco completo, del que solo conocía el primer single. Qué puedo decir. El conjunto es una verdadera maravilla. Por así decirlo, es que como si se tratase de un película en la que el disco funciona como banda sonora de la novela. Por esa razón, la novela gana al complementarse con el disco y viceversa. Centrándome en la novela, que es de lo que hay que hablar aquí, para ser una opera prima me sorprendió. No puedo decir que se trate de una gran novela que pasará a la historia o ganará múltiples premios (aunque los premios no son garantía de nada), pero sí me pareció que estaba bien escrita y que, para ser una novela extensa cuya trama es bastante simple y breve, no se hace en ningún momento aburrida o pesada. La historia se centra en un par de músicos de vidas atormentadas (Abba y Hugo) y un fotógrafo (Domènech), que se juntan en Cadaqués para componer un disco en común mientras el proceso va siendo retratado para un documental. ¿Qué me ha gustado? El retrato de los personajes, currados, rozando el estereotipo del músico torturado, que se siente terriblemente solo, refugiado en las drogas y en la música, pero sin llegar a caer en dicho estereotipo. Se percibe que son personajes creados por un autor, Marc Ros, músico, curtido en el mundo de las discográficas, los conciertos, las horas de furgoneta, los fans, etc., que conoce perfectamente cómo se siente un músico cuando la parafernalia del show se desvanece. Otra cosa que me ha fascinado es la ambientación de la novela en la Costa Brava, concretamente, en Cadaqués y sus alrededores. Uno termina de leerla y tiene ganas de cogerse un vuelo a Barcelona y llegar hasta ese pueblo de casas blancas y aguas azules. Una delicia para los sentidos y la muestra de que, en ocasiones, los sitios (y el mar) curan.Por último, tengo que admitir que la trama entre los personajes iba siguiendo un curso, sobre todo hacia el final, que veía previsible y tópico, hecho que me estaba disgustando un poco y que creía que estropearía la novela. Me equivoqué. Un giro de guion me hizo comprobar que Marc Ros es realmente un hombre inteligente, que ha leído mucho (hay muchísimas referencias en la novela, así como en cualquier disco del grupo) y que sabe cómo funciona un lector.Recomendaría, pues, su lectura para deleitarse los sentidos, para sentir un verano un Cadaqués y para conocer un poco más cómo es el mundo de la música fuera de las luces, los brillos y los amplificadores. Y, como no, luego escuchen el disco y completen la obra.Cito, por último, unas palabras de Marc Ros acerca de por qué decidió escribir una novela:"Tuve que dar el salto a la novela porque una canción se me fue de las manos. Cuando llevaba diez páginas y aun no había llegado al estribillo me convencí de que tenía que escribir una novela. Así me lo exigían los personajes; necesitaban ir al baño, ponerse crema protectora, comerse unas ostras ¿Quién puede hacer todo esto en una canción? En una canción te rompen el corazón, te cruzas con Lucifer o viajas a la luna, pero casi nunca limpias las sábanas".