Ojos de hielo y piel de nieve

Esta es la primera novela de la serie Hielo y Nieve. En ella encontraremos una historia llena de ternura y de nuevos comienzos.

Nora acaba de llegar a Kenai después de muchas casas de acogida. Desde la muerte de sus padres le cuesta confiar en la gente y abrirse.

Bianca sufrió un percance en un certamen de talentos el primer año de instituto y desde ese momento se ha distanciado de todo el mundo. Que pasará cuando coincidan ambas en el mismo parque a la hora de comer, además de en muchas clases del instituto.

La historia es muy bonita y sencilla, por todos los buenos sentimientos que transmite. La confianza que se va generando entre las chicas, la amistad que se forja, la superación de los miedos más arraigados y las primeras inquietudes sobre el amor.
Nora y Bianca se complementan a la perfección. Son lo que siempre necesitaron, pero la inseguridad no juega buenas pasadas y tendrán que superar sus miedos si quieren ser fuertes y estar juntas. Ninguna quiere abrir sus murallas al mundo porque no quieren sufrir. Pero no contaron con que cada una tenía la llave de la muralla de la otra, con todos los miedos e inseguridades que eso conlleva.

Me ha parecido una forma de narrar preciosa. Y el entorno helado que lo rodea todo lo complementa. A pesar de todo el frío que hace en Alaska, esta novela te deja el corazón caliente y una sensación de ilusión casi infantil.

Es una novela rápida, sencilla y llena de amistad, superación y amor. Se lee increíblemente rápido y te atrapa con facilidad.

Por eso y por muchos diminutos detalles más se lleva cuatro preciosas estrellas fulgurantes. Estoy deseando continuar con la serie, porque los siguientes protagonistas se llevan mal desde que se conocen con cinco años y es muy grande la curiosidad que tengo de leer “El color del hielo y el sabor de la nieve”.
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