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El comienzo de la historia, intriga tanto que te hace seguir leyendo. Poco a poco vamos viendo qué le ocurre a Daniel o, por lo menos, a sospecharlo. Además la autora desarrolla otra trama alrededor de Daniel, una trama en la que nuestro protagonista se verá metido de lleno, puede que sin buscarlo. Nuestro protagonista es investigador privado. A raíz de cierta agresión que sufre empieza a preguntarse qué le está ocurriendo, por qué hay informes de clientes que no conoce, por qué a veces parece hacer cosas sin ser consciente de ello. Uno de esos informes que parece desconocer le lleva a un mundo oscuro, donde la droga, la prostitución y la trata de personas llenan la historia. Daniel viajará de Sevilla a Glasgow y a París, metiéndose cada vez más en ese mundo. O tal vez ya estaba dentro y no lo sabía. Mientras investiga el caso, Daniel también intentará conocerse mejor, saber el porqué de esos lapsus, el porqué de no reconocer ciertas cosas que solo él puede haber hecho aunque no lo recuerde. La manera de contar qué le ocurre a Daniel, hace que tu opinión sobre él cambie en cada momento. A veces, cae bien, te gustaría ayudarle. Otras, cae verdaderamente mal. La historia me ha gustado. No ha estado mal, aunque creo que el hecho de haber ido leyendo los capítulos con tanto tiempo entre uno y otro, ha hecho que no me metiera de lleno en ella y que, en algunos, momentos me perdiera. |
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Crítica de Paquilectora
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