La voz ausente

Pablo Rouviot es un psicoanalista que va a un concierto de una paciente, lo pasa muy bien y luego de verla tocar la va a saludar. En ese momento le llega una llamada de Helena, su asistente, que le dice que vaya al hospital ya que su amigo José está en Terapia Intensiva, al parecer quiso suicidarse disparándose en la cabeza.

Pablo está convencido de que eso no es cierto y llama a Bermúdez, para que lo acompañe a la escena del crimen, ve la notebook de José y se la lleva con él. También ve que la grabadora que usaba en las sesiones no está en su lugar.
Investigando la notebook descubre un listado con los pacientes de José y le pide a Bermúdez que investigue sobre cada uno de ellos, así es como descubre que hay un paciente que estuvo atendiendo por meses, pero que esa persona está muerta, alguien estuvo usando todo éste tiempo su identidad.

Rouviot empieza a investigar más sobre la vida del paciente, Hernán Hidalgo. Va a la casa de él y le explica a la familia que hay alguien haciéndose pasar por su hijo, pero obtiene por respuesta rechazo y enojo por parte de los padres y algo de información y la posibilidad de ver el departamento de él, por parte de la hermana.

Pablo Rouviot es un personaje que me encantó. Es un personaje muy completo y muy seguro de su capacidad de escuchar y de escuchar cosas que no se han dicho, lo que no se dice abiertamente y se disfraza con algo más; como todo analista busca el lado racional de las cosas, todo tiene una explicación y él no para hasta descubrir cuál es.

El libro se compone de cinco partes, cada una tiene capítulos cortos y diálogos entre los personajes que hace la lectura muy fluida. Constantemente nuestro protagonista menciona libros, autores y podemos acompañarlo en el recorrido que hace por Buenos Aires, siempre va mencionando lugares y calles.
La trama es completamente atrapante, todos esconden algo, los personajes tratan de proteger sus secretos construyendo un muro de supuesta indiferencia y enojo hasta que Rouviot logra sacar ladrillos que hace que eso se derrumbe. El autor ha creado personajes muy creíbles, y Rouviot es mi favorito, con mil dudas siempre confió en las habilidades que le dio su profesión y las veces en que le tocaba actuar lo hacía de forma muy cómoda, se nota que el autor estaba en un terreno que conoce muy, muy bien.

En conclusión, La voz ausente es un thriller que se lee en nada y se disfruta muchísimo. A medida que se van descubriendo los secretos e intenciones de los personajes, te hace querer llegar al final de todo y es imposible soltar la lectura.
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