En un entorno idílico de la Costa Brava, Nico Ros, un detective en horas bajas tras su reciente paternidad, recibe un amenazante encargo. Bashira ha desaparecido sin dejar rastro en las inmediaciones de un hostal donde jugaba. La señora Mariona, una vieja demente y dueña del hostal, parece saber más de lo que esconde su compleja mente. Una obsesión por las muñecas y las canciones infantiles permiten entrever a Nico un terrible desenlace para Bashira. Alguien está secuestrando a niñas para jugar con ellas. Me encantan las novelas de desapariciones, y esta tiene todo lo que me gusta. Personajes cargados de historias personales, un clima y una ambientación que jugarán en contra de la investigación y buenos giros. Además de que es cortita, un punto que juega a favor siempre y cuando eso no condicione la temporalidad de los hechos. Madre e hijo han logrado crear una historia escalofriante. Por ponerle algún pero, se hace referencia a hechos del pasado que personalmente me han descolocado, parece que haya una historia previa que nos hemos perdido. Pero simplemente son pinceladas de la vida pasada de los personajes. Otro detallito que me ha fallado es el epílogo, el final es magistral, pero el nuevo caso que se narra me ha despistado. ¿Es paralelo al caso de Bashira? ¿Quién lo investigará? ¿Se le dedicará un libro entonces? Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |