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En ocasiones ves una noticia en el periódico, alguna imagen en un telediario o te comentan algo los compañeros de trabajo en el que presencias alguna perversión de la mente humana. Te paras a pensar donde están los verdaderos monstruos y te viene a la mente la respuesta humanista de pensar que el verdadero terror está dentro de nosotros. Muy profundo. Pero este libro va de otra cosa. El autor también sabe de todo eso, pero va más allá. Te plantea una situación en la que el verdadero mal emerge en su esplendor para reírse en la cara de la humanidad. Viene, manipula, actúa y contamina. No hay modo de hacerle frente y se expande llenando las cabezas de los pretenciosos humanos de sus crueles intenciones, transformándolos en meras marionetas de su juego. El mal, mejor dicho El Mal se pasea por las páginas d esta novela haciéndote sentir muy pequeñito e indefenso. Es oscuro y está por todas partes. Vale la pena sumergirte en esta novela y volver a sentirse niño al apagar las luces. |
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