Fuego bajo las nubes

El sonido siseante de una chimenea de fondo, el acogedor abrazo de una manta tras un largo día de invierno fuera de casa, las palabras cargadas de aliento de una de las personas que más quieres, el murmullo quedo de las palabras pronunciadas de madrugada... Son el sonido de este libro, son las sensaciones de este libro, son la esencia de esta historia: algo bonito y lleno de calidez, de unas páginas que se convierten en brazos que te instan a guarecerte en sus letras y dejarte llevar con los sueños en alto y la sonrisa en la cara.

Aún recuerdo a sus cuatro protagonistas y no puedo evitar que mi corazón crepite con ilusión, con una de esas emociones bonitas que colman hasta saciarlo todo, hasta convertir el mundo en un lugar más cálido y más todo. Aunque duela y rompa, aunque sus esquirlas me hayan arañado la piel con su crudeza y me hayan dejado cicatrices, todo lo demás, todo lo del después, ha hecho que valga la pena la tensión y confusión, los miedos y la respiración cortada, ha valido la pena doler para después sanar.

Los distintos matices de sus personajes solo muestran que son humanos, que están llenos de aristas y de rebelión, de pasos en falso y de incertidumbre, de valentía y de una fortaleza que podría llenar de humo el resto del mundo, solo por hacer arder los cimientos en los que la sociedad siempre se ha instaurado. La chispa, la llama... las cenizas.