Soltar la casa

Disfruto mucho de la poesía y la verdad que leo menos de lo que me gustaría por lo que cuando tuve Solta la casa me preparé para volver a uno de esos viejos amores, y no me arrepentí.

Soltar la casa nos promete redescubrir memorias tergiversadas, sentir el vértigo cotidiano y no sucumbir como pájaros en la tormenta mientras nos aferremos a las palabras de esperanzas que encontremos en sus poemas.
Cumple mucho más que eso, nos envuelve en nostalgia, nos prende fuego dentro del estómago, que trae dolor y dulces recuerdos. Es un libro que, tal como dice su nombre, nos invita a soltar la casa, la infancia, los amores, la incertidumbre, y recordar todo aquello sin miedo.

Soltar la casa es un libro de poemas que se divide en tres partes: Patio, uno y dos y arena. Cada una de ellas aborda una temática distinta, sin alejarse mucho de la anterior, todos los poemas se sienten conectados, como con hilo de recuerdos, que hace que cada poema tenga sentido por sí mismo y complejiza aquellos que están antes y los que vienen después.

Dentro de la historia que se recuerda en soltar la casa encontré la incertidumbre de no saber qué hacer luego, de tomar todo lo aprendido, analizarlo e intentar construir algo nuevo. Si te gustan las plumas que no sólo deleitan sino que hacen pensar, la de Lidia Rocha es una de las que definitivamente tenés que leer.

Aunque suene trillado, de este libro no salí ilesa. Aunque son palabras de otra persona, me encontré a mí misma, en la infancia, en la adolescencia, mirando de frente a todas esas cosas por las que tuve que hacer duelo y en su momento no pude dedicarles palabras.

Espero que todos aquellos que le den una oportunidad a este libro encuentren lo que yo y más. Que entren a esa vieja casa, la recorran rincón a rincón, rememoren viejos instantes, los despidan, y miren adelante.