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Se trata de un recorrido fascinante y muy entretenido por los amoríos de nuestros reyes y reinas desde Rodrigo hasta prácticamente nuestros días en el que las pasiones de alta cuna pero de baja cama, los celos y las traiciones van marcando el devenir de los acontecimientos que conforman la Historia de nuestro país. Se nota que la labor de investigación por parte de la autora es impresionante sin por ello restarle diversión, de hecho yo en ocasiones he llorado literalmente de risa. Con la boca abierta he aprendido anécdotas como la de María Luisa de Parma, que en su última confesión desveló que ninguno de sus hijos era de su marido, la relación con la pornografia de Alfonso XII o que Isabel II tenía un apetito sexual únicamente comparable al que le suscitaba la comida. Y es que desde la invasión musulmana, en la que jugó un papel fundamental el furor sexual del Rey Rodrigo hasta hoy mismo, no cabe duda, y Pasiones Carnales desde luego lo corrobora, que, citando a Woody Allen, todo tiene que ver con el sexo, excepto el sexo, porque el sexo es poder. Súper recomendable.
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