La luna implacable

Conflicto en base
Año 1963, hace once años la Tierra sobrevivió al impacto de un meteorito, aunque las consecuencias humanas y políticas fueron nefastas. En ese momento, la ONU decretó que la colonización del espacio era necesaria, ya que la habitabilidad del planeta había quedado completamente comprometida. En la actualidad, la misión para colonizar Marte está de camino y ya hay una colonia establecida en la Luna. Sin embargo, en la Tierra la tensión política aumenta, ya que la facción que considera que habría que invertir los recursos en la recuperación de la Tierra está atentando contra las instituciones que representan la huída hacia el espacio.
Dentro de este panorama político y humanitario, esta novela de ciencia ficción, por cierto muy depurada y escrita con mucha maestría, nos lleva a ver el desarrollo de este conflicto a través de los sucesos que irán ocurriendo en la principal colonia establecida en la Luna. de este modo, encontraremos en la obra dos temas perfectamente entrelazados en esta trama principal. Por una parte, el tejido político de la Tierra, sus movimientos, sus influencias y sus manipulaciones; y, por otra, el desarrollo de los viajes espaciales, las problemáticas que estos suponen, la situación y cómo está afectando el desarrollo político.
Gracias a este conflicto, a esta gran trama de ciencia ficción que supone toda la cuestión de la colonización de la Luna, tenemos que añadirle cierta trama de investigación, ya que la tensión, como hemos dicho, llegará a la colonia lunar. En ella, nos adentraremos en la investigación de los sabotajes que están sufriendo las misiones de la CAI (Coalición Aeroespacial Internacional) principal valedora del plan de evacuación de la Tierra.
Más allá de la Luna
De este modo, con una mezcla tan a lo Blade Runner, por ejemplo, la autora consigue que la tensión narrativa se mantenga en un constante alto con picos de verdadero sobresalto. Con un comienzo más o menos tranquilo en cuanto a nuestra protagonista, Nicole, pero muy activo en cuanto al ambiente, veremos como poco a poco la trama evoluciona a una tensión al alza, no solo por los sucesos sino también por las conclusiones a las que nuestros personajes van llegando.
Y, aunque la trama es muy interesante y te deja muy buen sabor de boca, quizá lo que más me ha gustado ha sido que a esos dos temas de la trama principal, se añada también la cuestión de la mujer, que parece mucho más avanzada que en nuestros sesenta reales.
Nicole es una de las primeras astronautas en viajar al espacio, sin embargo, ahora ha quedado relegada por la prensa, fuera de la CAI, a ser la mujer florero del gobernador de Kansas City. Además, aunque como instructora de vuelo tendrá su peso y su veteranía, no le permitirán avanzar en su carrera simple y llanamente por ser mujer. Así, la autora nos enseña cómo, aún en el éxito relativo, existe el techo de cristal, cómo la percepción de la edad de la mujer puede afectar a su carrera o cómo se nos atribuye más grado que ansiedad que a los hombres…
Y todos estos temas quedan perfectamente desarrollados, no solo por la percepción femenina, sino también por la masculina. Nos ofrece así un contraste con una realidad que parece que en nuestro mundo no existe: los hombres también padecen y se preocupan. Así, encontramos en la obra el Club de los maridos de las astronautas, que nos ofrece esa visión más sentida y más dolida, de las decisiones complejas que han de tomar, de quienes se quedan esperando. Papel que, por otro lado, siempre ha sido atribuido al rol de la mujer.
Astronautas y maridos
Y es que, aunque parezca mentira, el hecho de darnos las dos versiones de la misma moneda, una pareja, hace que la narración sea muy completa. Se nos ofrece, así, unos personajes muy humanos, que son animales políticos, sí; profesionales de su sector, también; pero, desde luego seres que sienten. Los personajes se desarrollan de esta manera completamente en sus bondades y maldades e invitan al lector a cuestionarse qué es lo que sucede y por qué hacen lo que hacen.
Además de esto, es muy interesante como la autora consigue darnos esa ambientación de lo espacial (el viaje, el aterrizaje, la estancia en gravedad 0, etc.) de manera desarrollada, pero sin que resulte cansado para el lector. Su prosa ayuda a que imaginemos la escena y estemos allí, pero nonos satura con miles de detalles, y creo que, en parte también, esto sucede por cómo son sus personajes.
Una saga, un mundo
Es verdad que cuando vi que era el tercero me asusté un poco, porque es cierto que no he leído los anteriores, sin embargo, una vez que me he metido en la novela no he podido parar. Como os he dicho antes, se puede leer de manera independiente, y creo que en este caso hasta le viene mejor. Gracias a no estar eclipsada por la protagonista principal de la saga, Elma York, nuestra protagonista, Nicole Wargin, consigue sacar todo su potencial y la trama ahonda en cuestiones más allá de la historia principal.
Además, los personajes me han parecido muy redondos, cada uno con su nota particular; y los temas tratados no solo interesantes, sino bien expuestos y desarrollados. Creo que dentro de la ciencia ficción actual es una de la novelas que es accesible, pero que no por ello pierde calidad ni de género ni de obra. Espero de verdad que os animéis con ella y viajéis un poco a las estrellas.

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