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No soy imparcial al calificar a Lucinda Riley. Es sin duda, mi autora favorita. Sobre una base muy documentada, genera una historia familiar, poniendo en relevancia a una niña que irá creciendo a lo largo de la novela. Los personajes son dispares: un padre que siguiendo los cánones de la época, dispone para las hijas el casamiento y la familia; y para el hijo, la continuidad del negocio familiar. Pero hete aquí que todo se desbarata y cada uno hará su vida siguiendo otros rumbos. Para una la gloria de su carrera artística, para otra la purga de la culpa y para el tercero la duda existencial y ser el verdadero sostén en la vida de sus hermanas. El personaje crucial de la novela: un hombre de enorme éxito profesional, pero carente de escrúpulos sentimentales. Todos los personajes están muy bien construidos. No es la mejor obra de la autora, que falleció estando en la cumbre de su carrera y de ahí que se reediten libros un poco olvidados, que se leen de igual manera con gran interés. Como siempre, párrafo aparte para el volumen del libro, que aún siendo muy extenso nos engancha en su lectura. |
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