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Nos encontramos ante un libro que en principio resulta muy original, entre otras, por la curiosa aportación de las fotografías “peculiares” de los personajes de la historia, pero que a medida que avanza la trama y se descubre el pastel del abuelo de Jacob, todo va cuesta abajo y sin retorno. Podría decirse que las 3/4 primeras partes (aproximadamente) del libro tienen la mejor esencia que se esfuma en un final, más bien, apestoso y abierto, porque, queridos lectores, no ha sido hasta terminar el libro que me he enterado de que ya se ha publicado su continuación en EEUU, pensaba que era autoconclusivo… En lo que a personajes se refiere, me ha dado la sensación de que Riggs no los ha trabajado mucho, exceptuando al protagonista Jacob (faltaría más). Un intento de profundizar en todos los niños que tienen más juego pero que se queda en eso, un intento. Es decir, personajes planos y, por lo tanto, previsibles. Están ahí para una única función según qué peculiaridades tenga cada uno, sin más. A pesar de esto, sigo diciendo que Jacob tiene su carácter, solo hay que leer algunas de las cortantes contestaciones que nos va regalando a lo largo del libro. Más en el enlace. Enlace: http://labibliotecaderachel... |
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