 |
Bueno, ya está, de momento voy a dejar aparcados estos libros por un tiempo. Me da curiosidad el cuarto, pero es que me estoy llevando decepción tras decepción y prefiero bajar las expectativas al mínimo, regodearme en el recuerdo bonito de Matty y Julien y... bueno, esperarme a ver si la historia de Alison me devuelve la ilusión por los libros de Eleanor. Debo decir que el libro no es malo, la autora sabe cómo definir a sus personajes, con sus bordes perfilados, con sus personalidades marcadas, sus tramas bien hiladas y unos diálogos que da gusto leer (aunque todos los personajes siempre saben qué decir en el momento adecuado, tienen unos diálogos certeros y directos, ¿a quién se le ocurre la mejor respuesta en el momento perfecto? La mayoría de personas sueltan lo primero que les viene a la cabeza y, ya después, horas después, se les ocurre una respuesta ingeniosa que llega tarde. En esta saga todos son elocuentes y de mente aguda en todo tipo de situación), pero no he conseguido conectar ni con Susana ni con Elliot. Me encantan los temas que se reflejan y destacan en esta historia: cómo los traumas de la infancia o adolescencia acarrean consecuencias en la vida adulta, cómo modulan las relaciones con los demás, cómo se cuelan en los entresijos de la personalidad adulta para dar pinceladas de complicaciones donde no debería haberlas habido desde un primer momento; cómo la gente juzga sin conocer la historia completa y también cómo juzgan y rechazan lo que no les gusta, aunque no les haga daño, sencillamente no aceptan conductas y sienten la imperiosa necesidad de rechazar a esa persona; de la importancia de la terapia para poder superar problemas y traumas en la vida diaria. El romance tampoco me ha convencido del todo, ha consistido más en una atracción sexual que termina por convertirse en amor, pero que ninguno de los protagonistas se atreve a admitir. Tal y como se nos presentan los personajes, la forma en la que se desenvuelve esta situación es lógica y está incrustada en su manera de ser, pero una vez más, a mí personalmente no ha terminado de gustarme ni encandilarme. Comienza de manera "inocente" con los personajes fingiendo practicar de cara a otro interés romántico... o eso se supone, porque luego comienzan a crecer ciertos sentimientos a los que nadie había llamado, pero he sentido que ese amor surge de manera un poco repentina, como si los personajes no llegaran a conocerse realmente y ya tuvieran unos sentimientos intensos el uno por el otro; lo cual en verdad no es así porque pasan a conocerse, a desenvolver capas de lo que son y a confiar sus miedos y traumas, por lo tanto, debería de entenderse que conocen las luces y sombras para que ese amor que surge sea real y suficiente, pero seré yo que me he quedado más en la superficie de la relación. Este ha sido un claro, no eres tú, soy yo. |
>
