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Viajamos a Francia para conocer a nuestra protagonista Ariane, una joven de treinta y tres años qué no sale de casa. Es periodista pero actualmente está en búsqueda de empleo.

Su vida cambia cuando su querida y adorada amiga Sandrine le comunica que se va a casar con John y quiere que Ariane sea testigo de su boda. Por ello, organiza una fiesta de compromiso y quiere contar con la asistencia de su mejor amiga.

Ariane recibe la ubicación enviada por Sandrine del lugar de celebración y acude al evento con la mejor disposición. al día siguiente no tiene noticias de su amiga, nadie sabe dónde está pero ella si, pues la ubicación de Sandrine sigue apareciendo en su teléfono.

Una historia narrada en segunda persona algo que me ha llamado la atención y que generalmente me suele gustar para entrar más aun en la historia pero por desgracia en esta ocasión no ha sido un que esperaba.

No he conectado con la protagonista... Sus acciones y comportamientos tras la desaparición de su amiga no los he entendido.

Un hecho trascendental que ocurre a comienzos de la novela y el resto de ella conocemos la vida de la protagonista bien contada por ella o a través de flashbacks.

En algunos momentos también divaga sobre otros temas que personalmente considero que son relleno innecesario, pero bien es cierto que la crítica de como la sociedad estamos enganchados por completo a la tecnología está presente y eso sí me ha gustado.

El final queda cerrado mezclando realidad con fantasía algo que me ha dejado una sensación agridulce. En conclusión, esperaba más de esta lectura.