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En esta tercera entrega la familia Hernández ha cerrado su agencia de detectives y cada uno ha tomado su camino profesional. Son muchas las vivencias que han experimentado y aún les queda alguna cuenta pendiente. Una vecina se pone en contacto con ellos porque su hijo Armand ha desaparecido y no quiere acudir a la policía. Mateo, el padre de familia, trabaja ahora para otra agencia, Nora da clases en una academia y Amalia y Ayala han creado su propia agencia. El caso de Armand les viene como anillo al dedo, un joven prometedor, inteligente, una promesa en el mundo de los negocios. ¿Qué puede esconder para que sus padres no quieran oficializar su desaparición? La intriga de este caso se compensa con nuevas dosis de la vida familiar de los Hernández. Conoceremos a una Lola gravemente afectada, ha caído en las garras de la adicción al alcohol. Así nos muestra la autora el lado más humano de Mateo, quien deberá alternar la investigación con el cuidado y la vigilancia de su mujer, puesto que se niega a internarla y estar lejos de ella. Una historia que pone entredicho la perfección familiar y el éxito, donde los Hérnandez demostrarán ser más fuertes que cualquier adversidad. El lenguaje que emplea la autora es fresco, en ciertos puntos crítico, lo que hace los capítulos aún más amenos y rápidos de leer. La trama ocurre en una sola línea temporal, cómo veis, no tenéis excusa para no perderos entre su agradable prosa este verano. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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