A través de esta novela entramos en la cabeza de los protagonistas y, a veces, parece que estamos leyendo retales de sus pensamientos. A mí me ha encantado y se me ha hecho muy cortita. Aún sabiendo que no la escribió Charlotte, para mí es la precuela de Jane Eyre. No sólo narra la vida anterior de Rochester con su anterior mujer, sino que también es una crítica al colonialismo, a los maridos que decían que sus mujeres estaban locas, al dinero que todo lo compra, a los maledicentes… en resumen, es una crítica a una sociedad corrompida en todos los sentidos. |