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Nada hacía presagiar a Tyler que aquel día, cuando volvía a casa en su carruaje, su vida cambiaría para siempre. En el trayecto se topa con una mujer, llamada Edmée, que corre desesperada. al verla, Tyler decide ayudarle y le invita a subir a su carruaje. Se encuentra a una mujer completamente aterrorizada que huye de un problema. A pesar del horror que refleja su rostro, él vislumbra su belleza e inmediatamente se siente atraído por ella, sentimiento que ella también comparte. Ambos se dejan llevar por la pasión y él le refugia en su casa. A la mañana siguiente ella ha desaparecido y no solo eso, le ha robado (para poder sobrevivir) Este hecho despierta su ira y rencor hacia esa mujer. Cuál es su sorpresa cuando unos años más tarde la encuentra en su casa, de nuevo desesperada, pidiendo ayuda. Él la rechaza sin contemplaciones, atónito ante lo que ven sus ojos y sin creer el gran descaro de esa mujer. Su sorpresa se vuelve mayúscula cuando le confiesa que ella no quiere su ayuda ni su protección para ella, sino para el hijo que ambos concibieron aquella noche. Él en principio no se la cree, pero el niño es su viva imagen, hecho que su cuñada le hace ver desde un punto de vista más racional al suyo, puesto que sus emociones oscilan entre la rabia, la sorpresa, la consternación, el enfado... Es por eso que se siente reacio a creerla. Sin embargo, su cuñada le hace entrar en razón y decide que ambos se queden en la mansión para protegerles. A partir de ese momento conocer qué secreto oculta Edmée desde hace tantos años se convierte en una prioridad para él, al igual que crece el cariño y el orgullo que siente hacia su hijo, a quien acepta casi de inmediato, ya que el parecido entre ambos es innegable. A pesar del rencor, la pasión que siente hacia ella crece cada día y él siente una inmensa rabia. No está dispuesto a permitir que ella rompa su coraza y penetre en él, pero lo cierto es que cada día la quiere y la admira más. Aun así, ambos deberán vencer desconfianzas, rencores, prejuicios, obstáculos y profundos secretos para alcanzar la felicidad y, como todo en la vida, no les resultará fácil. Tenía este libro pendiente desde hace tiempo y por fin me he decidió a leerlo. El motivo por el que he tardado tanto es porque se trata de una segunda parte y la primera novela no me gustó. Esta me ha parecido más entretenida. La historia de amor es bastante bonita y se desarrolla de forma bastante paulatina, pero sin duda el misterio que rodea a Edmée, el conocer por qué escapa y qué secreto oculta es lo que aporta vida al libro y añade agilidad a la trama, la cual está escrita en tercera persona. En cuanto a los personajes, ambos tienen carácter. Él es orgulloso, desconfiado, pero también fiel y leal hacia su gente. Ella es valiente, fuerte, un poco tozuda a veces, luchadora, aunque con él se siente insegura en ocasiones. El amor que le profesa le vuelve un poco insegura y vulnerable, ya que teme que ese secreto que esconde pueda separarles. En conclusión, es una historia que entremezcla el amor con el misterio. Los protagonistas se descubren y se conocen poco a poco entre miedos, orgullo, prejuicios, desconfianza, rencor y, sobre todo, amor. |
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