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Alberto Rey, el autor, nos introduce en el universo de Steamfield y del steampunk con su trilogía de Los crímenes de Steamfield. En este primer volumen aborda los cambios sociales que produce el progreso, y la batalla que tiene que librar contra los poderes establecidos para que sea aceptado y visto con buenos ojos esos cambios. de igual manera desarrolla la temática de la amistad y el compañerismo en el trabajo, así como aborda el papel que juega los cuerpos de policía y la religión en la sociedad. Unido todo al poder de influencia de los medios de comunicación en el comportamiento y opinión de los ciudadanos. En primer lugar, hay que decir que la acción está ambientada en la imaginaria ciudad de Steamfield, aunque puede ser cualquier urbe inglesa de finales de siglo XIX, en plena época victoriana, concretamente en 1875, donde se está en pleno auge industrial. Centrada especialmente la acción o trama en el trabajo de los empleados de un periódico y sus investigaciones. Sobre la guerra de poder entre la nobleza local, que ostenta el poder político-económico, y la burguesía, que gracias a la tecnología y sus avances va acaparando mayor cuota de influencia económica y social en la población. Así, el lector puede comprobar como los poderosos de cuna menosprecian y dificultan los cambios, que puedan conseguir equiparar a cualquiera con menos recursos económicos con ellos. Mientras que los burgueses, a través de los avances técnicos si buscan repartir algo de sus beneficios con el pueblo. Además, debido a la ambientación decimonónica se comienza a intuir el poder que los medios de comunicación van a adquirir con el paso del tiempo como generadores de opinión y controladores de pensamientos. Así como de las relaciones entre diferentes empresarios para protegerse y beneficiarse. También ejerce una crítica contra la Iglesia y sus métodos de posicionarse en favor de los ricos y el dinero. al igual que insinúa una doble moralidad en los sacerdotes. Aparte de todo esto, también encontraremos varios guiños a las novelas de anticipación y con la intervención, o cameo, de un personaje paradigmático de estas novelas de misterio y detectivescas. En conclusión, diré que, recomiendo mucho su lectura, especialmente para lectores mayores de 12 años, porque facilita el entreno mental con el enigma que contiene sus páginas. Y todo ello con un lenguaje sencillo que facilita su comprensión. |
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