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La trama es entretenida y de lo más divertida. Lo que más me ha sorprendido, es el personaje de Quinn. Estoy acostumbrada a encontrarme en los libros con el típico ligón descarado y arrogante, pero ha resultado ser de lo más adorable. Dan ganas de achucharlo muy fuerte todo el tiempo. Me ha gustado su personalidad, aunque en ocasiones, parece contradecirse un poco con eso de: “no quiero novias”, “no salgo con nadie”, pero está pendiente de la protagonista en todo momento, lo que significa que en realidad, desde el primer momento en que conoce a Janie, tiene claro que ella le gusta. ¿El problema? Que Quinn esconde ciertos secretos que a ella no le van a gustar.

La protagonista tiene una personalidad diferente. Es fuerte, aunque también tiene muchas inseguridades. Se siente inferior a Quinn en todo momento. Tiende a dar demasiada información cuando habla, y eso la hace sentirse rechazada.

La conexión entre los dos se va forjando poco a poco, y los momentos entre ellos son muy bonitos e intensos.

Hay cosillas que no me han gustado tanto, como por ejemplo, las divagaciones de Janie, que se me han hecho un poco pesadas en algunas ocasiones; pero por lo demás, es una lectura divertida, romántica. Ideal para pasar un buen rato, y con un protagonista que desde el primer momento te atrapa.