Siempre seremos eternos

Esta reseña NO contiene spoilers importantes del libro anterior.

Tras el doloroso final de «Cuando fuimos fugaces», este libro va a intercalar el presente con el pasado, formando una combinación preciosa y nostálgica que nos llevará a Mojácar, Londres, Dublín, entre otras ciudades. Vamos a vivir los años posteriores al corazón roto de ese chico perdido de los Kaura y la chica pelirroja y soñadora que fueron Hugo y Ava. Seremos testigos de cómo el destino se empeña una y otra y otra vez en juntarlos, y de cómo será todo ese tiempo en el que se encuentran a ellos mismos.

Es un libro esperanzador y desesperante a la vez, bonito, doloroso y nostálgico a partes iguales. Ha sido maravilloso vivirlo todo desde dentro, junto a ellos, viendo a una Ava más valiente y fuerte, y a un Hugo más maduro y libre. Dos personas hechas para estar juntas, pero que la vida y las circunstancias hacen difícil el cometido del destino.

La pluma de Paula, como siempre digo, es preciosa, cálida y perfecta para leer en un abrir y cerrar de ojos. Te mete dentro de la historia, te hace sentir parte de este reparto de personajes tan especiales y, por si fuera poco, hace que todos se metan bajo tu piel.

En resumen, “Siempre seremos eternos” es el cierre perfecto para esta bilogía; un libro de miedos, esperanzas y almas gemelas. Intercalando el presente con el pasado, formando una mezcla preciosa y nostálgica, y demostrándonos que el amor verdadero nunca se olvida, os animo a descubrir cómo concluirán Hugo y Ava esta historia.